Lisbeli Vera: De correr descalza en su pueblo a la consagración paralímpica en Tokio 2020

Lisbeli Vera pasó a la historia. La venezolana se consagró como la reina de la velocidad paralímpica universal al ganar el oro en los 100 metros planos, categoría T47, plata en 400 metros, y para no dejar dudas selló con otro oro su participación en Tokio 2020 ganando los 200 metros planos.
Pero quién es Lisbeli Vera. Aquí está su historia.
Allá por 2014 Lisbeli Vera era una niñita desconocida en el resto del Zulia, pero en el pueblito de San José de Heras, al sur del Lago de Maracaibo, entre tambores y chimbangueles que honraban a San Benito, la “gacelita” de apenas 12 años se daba a conocer entre sus compañeros de clase, y en el hogar, por dejar “botado” en la carrera a todo cuanto osara ponerse a su lado.
En ese tiempo el Instituto Regional de Deportes del Estado Zulia, Irdez, estaba a la caza de talentos para formar la selección de la entidad con miras a los Juegos Paranacionales. Leonet Cabeza, entonces máxima autoridad del deporte zuliano, cuenta que el promotor deportivo del municipio Sucre le había hablado maravillas a él y a su equipo técnico de Lisbeli Vera.
“Nos fuimos para allá con el profesor Isidro Barthelemy a ver a la atleta, amputada de un brazo, que le ganaba a todos. Recuerdo que se celebraba la feria deportiva de Santa María, en agosto, que se caracterizaba por una rivalidad sana entre los deportistas de las poblaciones de San José de Heras y Santa María del municipio Sucre”, cuenta Cabeza.
“La primera carrera donde participó Lisbeli se realizó a pleno medio día, con el sol caliente, y lo más impresionante no fue que ella le ganara a sus rivales varones y niñas de la misma edad, sino que corrió descalza sobre el asfalto hirviente de la carretera, que servía de pista a las competencias de velocidad en el pueblito”, relata el exdirectivo.
Con la asombrosa demostración natural de Lisbeli, el equipo técnico dirigido por Isidro Barthelemy, probó medirla con competidores varones de más edad, 13 y 14 años, y el resultado fue el mismo: Lisbeli los superó a todos.
Estaba naciendo la estrella paralímpica criolla, que hoy deslumbra en Tokio 2020 con tres medallas en su pecho.
Camino difícil
“Después que la vimos correr hablamos con ella y con su familia y le planteamos traerla a Maracaibo para que hiciera sus estudios de bachillerato aquí. Acababa de concluir el sexto grado. Les explicamos que viviría en la villa deportiva y estudiaría en la escuela José Beracasa con una beca. La familia accedió y ella se vino”, relata Cabeza.
Isidro Barthelemy vio en ella un diamante en bruto y comenzó el trabajo que hoy le está dando las mayores satisfacciones de su vida.
Pero no todo fue color de rosa en estos siete años para el ascenso de la velocista a la cumbre paralímpica.
Hace tres años debió abandonar la villa deportiva y mudarse a la pequeña casa de unos familiares en el sureste de la ciudad, donde estaba desasistida y vivía hacinada con ocho personas más.
“Esta situación la obliga a tomar la decisión de regresarse a su tierra en cuanto llegara la oportunidad, pues no tenía suficiente dinero para el pasaje. Dejó de entrenar con regularidad y hasta manifestó que no se estaba alimentando bien”, relata Cabeza a quien acudía la atleta en pos de apoyo, aunque ya no era el secretario de deportes ni director del Irdez.
En medio de todo esto llegó la pandemia por el coronavirus, se paralizaron los entrenamientos totalmente y entonces el profesor Isidro Barthelemy, conocedor del potencial de Vera y temiendo se perdiera el trabajo que venían realizando, decide ofrecerle hospedaje y alimentación en su casa, muy cercana al polideportivo maracaibero, y Lisbeli desiste de regresarse a Santa María.
Ya había clasificado a los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020 con su primer lugar en los Parapanamericanos de Lima 2019.
“Por eso el profesor Barthelemi le dio más del apoyo que un entrenador le puede ofrecer a un atleta, no solo a ella, sino a todo ese grupo de corredores que hoy están retribuyendo con medallas ese gran aporte de su entrenador, hombre sabio en esta materia, altruista, honesto y muy trabajador”, acotó Cabeza.
Este año Lisbeli recibió apoyo de la Alcaldía Bolivariana de Maracaibo como parte de las políticas de atención al deporte orientadas por el alcalde Willy Casanova y pudo, junto con el resto del equipo zuliano que conformó la delegación criolla, completar su preparación en esta ciudad para Tokio 2020.
“Aspiro a ganar medalla en las tres pruebas” dijo Lisbeli unos días antes de irse para japón. No le quedó mal al país y le cumplió. Ahora espera lo mismo para ella y su familia.