Mario Sánchez: «A los 14 años pensé que todo había terminado para mí en el béisbol»
El zuliano, Pitcher del Año, se formó como lanzador en la Pequeña Liga Sierra Maestra
La historia en los inicios como pelotero de Mario Sánchez , ganador del premio «Carrao» Bracho al Pitcher del Año de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional, contrasta con lo que el lanzador de las Águilas del Zulia logró en la ronda eliminatoria de la presente temporada.
El zuliano, de 28 años, vivió su primera campaña con el uniforme rapaz liderando la liga con 2.38 de efectividad y 56.2 innings, finalizando segundo en el departamento de ponches, con 34, y dejando récord de 2-3, recibiendo un soporte ofensivo de apenas 3.64 carreras durante sus 11 aperturas.
Mario Sánchez relató sus impresiones sobre el premio y la historia de su carrera al comentarista deportivo y locutor Wenceslao Moreno Jr., a través de un En Vivo por la cuenta @comandoaguilucho, tras ser investido con la distinción al jugador donde más se posan las miradas en un juego de béisbol.
Sánchez comenzó en el béisbol a muy temprana edad, a los tres años, de la mano de su mamá en la Pequeña Liga Sierra Maestra donde se mantuvo hasta los 14 años cuando una lesión lo apartó temporalmente de la pelota.
«En las Pequeñas Ligas conocí lo que es la rivalidad, pero siempre viendo al juego de pelota como una recreación. En mis años de infantil y juvenil nunca vislumbré llegar al profesional y menos vivir del béisbol», confiesa el derecho, que fue tomado por Cardenales de Lara para el Round Robin.
«Esta noticia la tomé muy bien, contento, como siempre con toda la familia de quien siempre he recibido el apoyo», dijo el menor de cinco hermanos.
«Uno de mis sueños en las Pequeñas Ligas no fue jugar profesional, sino jugar en el mundial en Williamsports», confiesa el maracaibero.
La posibilidad de jugar béisbol profesional no la buscó ni él ni su familia, le llegó casi por casualidad. «Mi familia y yo siempre vimos el béisbol como algo recreativo, para diversión. No pensamos en que yo iba a llegar al profesional. Lo veía como algo para pasar el tiempo y romper con mi rutina en el tiempo libre», dice.
Cuenta que incluso, tras retirarse por una lesión de las Pequeñas Ligas a los 14 años, pensó que ya todo había terminado para él pues no pudo hacer el equipo para la selección sénior de su circuito.
Comienzo en el profesional
Cerca de su casa, los técnicos Francisco Murillo y Marcel Prado, amigos de la familia, entrenaban a prospectos para llevarlos al profesional e invitaron a su mamá a que lo llevara a los entrenamientos, cosa a la que accedió tras conocer que Prado estaba al frente de los entrenamientos.
«Allí fue que aprendí tener interés por el béisbol profesional y me comenzó a gustar. A los nueve meses, cumplido 16 años, ya estaba firmando en Venezuela con los Bravos de Margarita por intermedio de un scout que me había visto jugar a los 10 años en las Pequeñas Ligas y desde entonces le gustó mi forma de lanzar», rememora.
Añadió que ese mismo scout lo firmó luego para la organización Nacionales de Washington en la que ha pasado dos etapas.
«Con Washington aprendí muchísimo. Primero a conocer otras culturas como la de Dominicana y la de Estados Unidos y, del béisbol, a profundizar porque la pelota es igual en todos lados. Yo pregunto mucho y eso me permite aprender bastante de cada uno de los técnicos del equipo», señala.
Confiesa que el lanzador Mario Sánchez de este año es totalmente diferente a lo que fue años atrás. «Eso es gracias a la organización de Minnesota que fue totalmente transparente conmigo, me hizo entender muchas cosas y, sobre todo, cómo funciona el pitcheo en sí», dice.
Se define así mismo como un lanzador para contacto y a la recta como su mejor lanzamiento.
«No me gusta estar rodeando la zona con los bateadores pues mi filosofía es estar el menor tiempo posible sobre el montículo y la mentalidad en tratar de sacar los outs rápidos. Con la cuenta en uno y uno, o uno y dos, siempre estoy buscando el ponche, si la cuenta está en dos y uno, o dos y dos, confiaré en el resto del equipo», explica.
Luis Bravo
Foto: Luis Bravo