Muere Federico Bahamontes, primer ciclista español en ganar el Tour de Francia
Un rebelde con causa, que disputó su primera carrera en el año 1947, 60 kilómetros entre las localidades de Toledo y Torrijos, que quiso ser ciclista pese a que todo lo tenía en contra.
Federico Martín Bahamontes (9 de julio de 1928, Santo Domingo-Caudilla, Toledo) murió a primera hora de este martes a la edad de 95 años en su residencia de Valladolid, ciudad que lo acogió con los brazos abiertos en el inicio de la pandemia del coronavirus y en la que ‘El Águila de Toledo’ ha pasado los últimos años de su vida.
Pierde de esta forma el ciclismo a uno de sus grandes referentes, al primer ganador español del Tour de Francia en el año 1959 y al considerado como uno de los mejores escaladores de todos los tiempos.
A un ciclista diferente, de otra época, a un corredor único, cuyas gestas han perdurado en el paso del tiempo y que siguen siendo un referente para las nuevas generaciones y para los nostálgicos. Un corredor que destacó en la montaña y que nunca lo tuvo fácil. Un luchador que encontró en el ciclismo una vía de escape, la mejor forma de expresarse.
Un rebelde con causa, que disputó su primera carrera en el año 1947, 60 kilómetros entre las localidades de Toledo y Torrijos, que quiso ser ciclista pese a que todo lo tenía en contra, tal como él mismo señaló en más de una ocasión con frases y declaraciones sinceras, realizadas con toda el alma desde lo más profundo de su corazón y que en el fondo también resumían el sentir de toda una generación, de la España de entonces. «Pasé hambre y comí gatos, por eso fui ciclista» declaró en más de una ocasión.
Tras su debut en Toledo, dos años después, todavía como aficionado, quedó segundo en la Vuelta a Albacete, proclamándose rey de la montaña, dejando ya constancia de la clase que atesoraba en sus piernas y de su fuerte carácter, que siempre tuvo claro que quería dejarse notar, que no quería pasar desapercibido. Su verdadero nombre era Alejandro, pero un hermano de su padre se empeñó en que se llamara Federico como él e insistió tanto que al final todo el mundo lo conoció por Federico y no por Alejandro y más por el apellido materno que por el que su padre, porque como él decía «Martín había muchos, pero Bahamontes solo yo».
Fuente: Líder
Foto: Semana.com