Vingegaard sentencia el Tour tras el hundimiento de Pogacar
Una jornada, la 17ª, que llegaba después del mazazo sufrido por Pogacar tras la exhibición de Vingegaard en la contrarreloj individual del martes.
Si el Tour de Francia 2023 no se ha acabado este miércoles, por lo que respecta a saber quién va aganar la carrera, poco le falta. Hoy se ha visto la cara y la cruz del ciclismo. Ver a todo un doble campeón del Tour de Francia (2020, 2021) como Tadej Pogacar hundirse como se ha hundido en las primeras rampas del Col de la Loze muestra lo duro y cruel que puede llegar a ser este noble deporte del ciclismo.
Una jornada, la 17ª, que llegaba después del mazazo sufrido por Pogacar tras la exhibición de Vingegaard en la contrarreloj individual de ayer, que sumado a una caída inicial que sufría el esloveno en la etapa, a la exigencia propia de la jornada -más de 5.000 metros de desnivel-, a lo rápido que se ha ido y al calor reinante han provocado el descalabro del líder del UAE, frente a un Vingegaard que en cuando ha visto la herida de Pogacar ha metido el dedo en ella y ha querido demostrar quién manda en la carrera.
Por delante de todos ellos en esta jornada que pasará a la historia un Felix Gall que ha logrado una victoria sensacional. El austríaco (25 años) era el corredor más fuerte de la escapada inicial de 34 ciclistas que se formó en los primeros kilómetros de un día que ha acabado de inclinar la balanza de la carrera después de hacer frente a sus 165,7 kilómetros explosivos, a dos puertos de 1ª categoría, a uno de 2ª, de subir hacer al tormento de la Col de la Loze, de categoría especial, 28,1 km de subida al 6% de pendiente media y rampas del 24%, al correspondiente peligroso descenso y a la rampa final enm el aeródromo de Courchevel con los últimos 450 metros que parecían una pista de despegue y que se ha hecho eterna para los supervivientes del Tour.
Ineos protegió todo lo que pudo a Carlos Rodríguez en el grupo de los notables, llevando el peso de la caza de los fugados, donde, entre otros, se encontraban los hermanos Yates, hasta que el joven de Almuñécar no pudo seguir el ritmo de los mejores. La imagen del día, inesperada, iba a llegar cuando apenas se llevaban dos kilómetros de ascensión al Col de la Loze. Pogacar se abría el maillot y se descolgaba del grupo de los mejores. Quedaban 7,8 km de subida al Col de la Loze que se le iban a hacer eternos. Pogacar se quedó para ayudarle y Kuss aceleraba y se llevaba a Vingegaard para hacer la herida mayor.
Vingegaard se quedó solo, su compañero Kelderman le esperó y un tapón en el estrechamiento de la ascensión evitó que el danés se acercara a un Felix Gall que coronó primero Col de la Loze y se llevó 5.000 euros de premio por ello. Simon Yates pasó a 18 segundos y Pogacar cedía ya cinco minutos. La herida iba a ser grave e incluso en el descenso Pogacar sufría para seguir la rueda de un Marc Soler que demostró por qué el ciclismo es un deporte de equipo.
Fuente Mundo Deportivo
Foto: Cortesía